A las cinco de la tarde. Eran las cinco en punto de la tarde. Un niño se cayó en Ay Caramba a las cinco de la tarde. Una espuerta con una serpiente dentro a las cinco de la tarde. Lo demás era sólo muerte porque veía The Walking Dead a las cinco de la tarde. El viento se llevó mis ganas de vivir a las cinco de la tarde. Y el óxido sembró el terror *turrups* a las cinco de la tarde. Ya luchan los guerreros Z a las cinco de la tarde. Y un muslo de pollo que siempre rechazo porque prefiero las alitas a las cinco de la tarde. Comenzaron los mariachis a las cinco de la tarde. Las campanas de arsénico y el humo que avisaba que había nuevo Papa a las cinco de la tarde. En las esquinas grupos de cinco discutían sobre fracciones como lo pedía el maestro de matemáticas a las cinco de la tarde. ¡Y el toro salía en las latas de Red Bull! a las cinco de la tarde. Cuando el sudor de nieve de limón de la Michoacana fue llegando ...