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Recordando algo

En diciembre del 2011 estaba manejando en la carretera.

Volvía de la boda de una prima. Conmigo venían mi mamá y mi novia. Yo no iba concentrado en el camino, mi mente estaba en otro lugar.
 Acababa de recibir una enorme cantidad de dinero. Mi vida estaba en orden. Todo el camino de regreso a casa me la pasé pensando en las cosas que lograría en 2012, las enormes cosas que lograría.

Pensaba en mi trabajo, en mi familia, en mi novia; las cosas estaban perfectas, no había nada de qué preocuparse.

 Estaba ansioso porque empezara el 2012, iba a ser un año maravilloso.

Y ahora estoy en mi cuarto, frente  a mi computadora, totalmente solo. Escucho una canción de Maroon 5 y como un poco de pavo que quedó de la cena de navidad. Pienso lo emocionado que estaba el año pasado.

 Y luego llego a la conclusión de que el 2012 fue un total fracaso.

No logré absolutamente nada de lo que esperaba.

 Mi trabajo se fue a la mierda; tal vez yo me desesperé rápido, lo reconozco.

 Mi relación perfecta también se fue a la mierda. Más de tres años muy buenos terminaron y tal vez, ya no vuelva a vivir algo así.

Tampoco tengo dinero. Mientras el año pasado podía casi aventarlo y frotarme con él como en las películas, ahora mi cartera está más flaca que súper modelo.

Hace un mes llegó de la nada una oportunidad de regresar a mi trabajo, de empezar de nuevo. La tomé y me ha ido muy bien hasta ahora.

También llegó la oportunidad de regresar a una relación (agh, odio esa palabra) pero parece que no funcionará.

¿Qué demonios me traerá el 2013?

He preferido no pensar en nada por ahora, dejaré que las cosas vayan pasando poco a poco. De nada sirve preocuparme y pensar que será tan horrible como el 2012.

Mi única meta por ahora es llegar al refrigerador y sacar más pavo. 

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