He regresado, muchachos.
Como saben (o no) hace poco más de dos meses fui enviado al Polo Norte. ¿Por qué razón? Se me encargó realizar una expedición para localizar una misteriosa especie no conocida de pingüino visto a penas un par de veces por los habitantes de la zona.
Reuní un equipo en el que había un grupo de hombres rudos, varios biólogos expertos, un físico, un matemático y un matemático de otro tipo.
Después de semanas de ardua búsqueda y tras perder a más de 200 hombres (lo cual fue una tragedia porque no éramos ni 100) llegamos a esta conclusión: Nos habíamos equivocado de polo. Los pingüinos viven en el Polo Sur. Abordamos un avión y luego de pasar varios días perdidos en Malasia, llegamos a nuestro destino.
Con ayuda de los lugareños, encontré al misterioso animal.
Era la oportunidad para poner mi nombre a una especie, como su descubridor tenía el derecho absoluto de hacerlo a perpetuidad en todo el universo.
Lo llamé "Spheniscus Elis Maestrus". Las pocas personas que lo habían visto antes, lo llamaban "pingüino de gorro rojo", esto debido a que usa un gorro rojo.
El Elis Maestrus presentaba una extraña dificultad para volar. Preocupado por esto, abrí Wikipedia. Resulta que los pingüinos no vuelan. Qué tontería, ¿un ave que no puede volar? ¿Qué sigue? ¿Un político que no roba?
Pasamos días observando al precioso ejemplar hasta que nos aburrimos porque no teníamos Netflix.
Victorioso, volví a mi AMADO país (el resto del grupo fue detenido en la aduana y no supe más de ellos). Hicieron un homenaje y una película en blanco y negro basada en mi vida dirigida por Alfonso Cuarón.
Oh, ¿ustedes quieren pruebas de mi descubrimiento? Aquí una foto del hermoso Elis Maestrus:
Y con esto regreso triunfalmente a mi abandonado blog. Hay mucho que contar, siempre de forma sensual y enigmática como solo El Maestro puede hacer.
Atentos.
Comentarios
Publicar un comentario