Ir al contenido principal

Conferencia de prensa 2019

Eh... probando, probaaando... ¿está encend... ah sí está... eh... muy buenos días a todos. Sabemos que hace bastante frío y por eso les quisimos ofrecer un cafecito antes de comenzar. Y digo quisimos porque no se pudo, no hubo presupuesto porque, ya saben, cuesta de enero, jeje, je... eh, me comentan que estoy divagando, disculpen ustedes: Bienvenidos al primer post del 2019, con ustedes el único, el inigualable, el tipo que inventó esta carita :(: aunque nadie le crea: El Maestro.

Muchas gracias, Erik, inoportuno y torpe como siempre. Uno ve club de cuervos y piensa que tener un asistente es lo máximo, pero no. No me estés viendo, meco, sácate. 
Muy bien, antes que nada quiero aclarar la información que se filtró a los medios internacionales el año pasado: sí, mi equipo creativo tuvo que aplicar la censura en el último post del 2018. No fuimos presionados por nadie, simplemente creemos que es lo mejor ya que las cosas que ahí se dijeron podrían provocar una reacción negativa en nuestras vidas, sobre todo en la mía porque pues de eso se trata este blog, de mí. Aún así el post se quedará aquí porque algo, por supuesto.
En 2018 pasaron muchas cosas dignas de contar, pero algún idiota que seguro usaba cola de caballo cambió la dificultad de mi vida a HARD y eso me quitó el tiempo para hacerlo. 
Uy, por favor, preguntas al final. Yo sé que fue difícil arreglárselas sin mis textos, pero hey, el anuncio de hoy es que he vuelto más cool que nunca. Y no es como las otras nueve veces que dije exactamente lo mismo, ahora es de verdad.
Como han especulado los medios (o no) hoy haré un pacto, un pacto con los millones que me leen: voy a escribir un post cada semana. Y sé que se preguntan qué hicieron bien para merecer este generoso regalo, pues no hicieron ni verga.  El 2018 fue un año en donde mi creatividad se enfocó en La Pecera (ahora interactiva) y en diciembre pasado me di cuenta que ando malito de mis textos, por eso, escribir aquí constantemente me ayudará a estimular mi ingenioso pero perezoso cerebro. Además, mientras más estupideces escriba, menos las hago en el mundo real. O eso quiero pensar. También les presento la nueva imagen de Porque Algo, más sencilla pero igual de sensual que siempre. 
A ver, pues, voy a contestar algunas preguntas, nomás hablen fuerte, que traigo una toalla.
A ver, ¿cómo te llamas?... Diego, mucho gusto... eh no, no voy a cambiar mi manera de escribir este 2019, seguiré posteando lo que me dé la gana y como me dé la gana. ¿Quién más?... ¿Tu nombre?... Lorenza, qué tal... sí, es un tema que ya había tocado en algunas entrevistas, vamos a hablar de Chef y de todos los temas incómodos por los que siempre preguntan. ¿Una más? A ver, ¿tu nombre es?... eh, no, Sergio, eso no lo voy a contestar, tú ábrete a la chingada. [Seguridad por favor saquen al señor que viene en estado inconveniente... sí, pueden usar la violencia]. 
Pues bueno, eso es todo, quise ser breve y guapo y pues ya está. Una vez más gracias por venir y hasta el siguiente post les digo, lárguense de mi blog.


Comentarios

Entradas populares de este blog

El penúltimo post

Entrar aquí es regresar a un lugar donde alguna vez viví, un sitio que conozco perfectamente. Abro la puerta y examino el pasado, buscando algo, cualquier cosa que le dé sentido a este regreso. Pero no encuentro más que vacío. Mentiras desparramadas como escombros, máscaras rotas que crujen bajo mis pasos, bromas que jamás tuvieron gracia. Todo está destruido. Me detengo a respirar, pero me ahogo con el aire contaminado de recuerdos. Encuentro un espejo, uno que no recordaba, y me miro, esperando encontrar al que alguna vez fui, al que habitó este lugar. Pero la oscuridad lo devora todo. No hay rostro, no hay nada. Cierro la puerta con fuerza y decido quemarlo todo. Este lugar, este momento y esta historia ya no existen.  ¿Ha pasado tanto tiempo? Sí. Y solo avanza. Nunca regresa. Hubo un día, uno que no puedo borrar, en el que tomé la decisión que me trajo exactamente aquí, a este lugar frío y vacío. Aquí no hay paredes ni horizonte, pero la falta de límites no libera; al contrario...

La metáfora del Paketaxo

Hace días tuve una interesante conversación con alguien a quien llamaremos P ingüino.   Hablábamos de La Mujer. Deben saber que el muchacho tenía tres o cuatro fans, pero por una serie de eventos, jamás les hizo caso. Lo cuestioné un poco más sobre ellas, a lo que respondió con la siguiente frase: " Voy a usar la metáfora del Paketaxo". Los Paketaxos son como las mujeres: Hay cuatro (4) tipos. Primero tenemos al Paketaxo amarillo. A ese nadie lo quiere, siempre es la última opción y prefieres no comer nada que meter la mano y encontrar un sabritón. No digo que no te lo chingarías, pero solo lo harías si estuvieras muriendo de hambre o estuvieras muy ebrio. Luego está el Paketaxo Verde. No es mucho mejor que el amarillo, pero te llama más la atención. Puedes acabártelo sin pedos y a veces, podrías buscar más. Sigue sin ser el ideal, pero como botana está bien.  Seguimos con el Paketaxo Azul. El mejor de todos. Cada cosa que tiene es deliciosa y perfecta y matarías...

El último post

Damas y caballeros, estimados lectores que me han acompañado durante más de una década: Como saben (o no) este es el último post de Porque Algo . Sí, el final. Si lograron sobrevivir a pandemias, terremotos y cualquier otra travesura del destino, los felicito; ustedes son un público tenaz, justo como esperaba. Ahora, sé lo que se están preguntando: “Maestro, ¿por qué cierra su sensual blog lleno de humor mordaz e infinitas referencias a Los Simpson?” La respuesta es simple: ya no soy El Maestro. El 2024 me arrebató todo: mi tranquilidad, mi felicidad, mi estabilidad física y emocional, mis sueños, mis deseos… y mi Nintendo. Y aunque ustedes piensen, “Pero usted siempre supera todo, ¿QUÉ ESTÁ SUCEDIENDO?” , les diré que sí, de hecho, superé algo más grande: a mí mismo. El Maestro se vio reducido a un simple aprendiz que tendrá que tomar una nueva forma. Pero, nada que unos meses de costosa terapia en casa de la chingada no pudieran remediar. No entraré en detalles. Nunca lo he hecho, ¿...