El sábado pasado fui víctima de uno de los actos más lamentables de toda la historia de la humanidad: Fui contagiado de rubéola.
Como saben (o no) ese día empezaron las elecciones para nuevos comités vecinales. Yo fui a una de las casillas para evitar que hicieran sus marranadas porque soy parte de la liga de la justicia democrática.
No hablaré más de ese tema, este país está muy podrido y es todo lo que deben saber. El punto aquí son las personas que estaban ahí, todos eran vendedores ambulantes que me conocen y saben del peligro que represento para ellos, así que diseñaron un plan infalible para dejarme fuera de combate: Un ataque biológico.
A las 5 de la mañana del viernes pasado, Eusebio, vendedor de baterías para reloj, salió de un laboratorio secreto portando ya el temible virus. Se dirigió a su casa de lámina para ver a su familia; después de contagiarlos, llamó a toda su tribu de vendedores para pasarles el virus también. Esto estaba organizado desde arriba, las altas esferas del poder narcosatánicomasónicoilluminati no permitirían que yo estuviera en el combate.
Todos rubeolósos, llegaron a la casilla.
Yo estaba en mi guarida planeando la estrategia para ese día (estaba dormido) cuando recibí la llamada de una de mis socias, decía que la situación estaba fuera de control y que requería mi presencia y mi belleza. Sin pensarlo dos veces salí corriendo a la casilla. No llevé armas porque soy un negociador, jamás me peleo y prefiero arreglar las cosas hablAJAJAJAJAJAJAJA.
Llegué al lugar y ya estaba lleno de todos estos seres despreciables, obviamente me puse muy agresivo con todos y la chingada y obviamente todos me la pelaron porque, bueno, nadie puede conmigo. Y porque me llevé a Manolín y todos sabemos que Manolín da miedo.
La tarde estuvo llena de peleas con los policías del lugar y comentarios nada clasistas de mi parte contra los vendedores. Y de pronto, uno de ellos se acercó demasiado a mí... debí notarlo, debí saberlo... me abrazó y me dijo "relájate, hijo, no pasa nada". "O sea, qué asco, me abrazó el miserable", eso fue todo lo que pensé, jamás me imaginé...
A eso de las 10 de la noche comenzó a dolerme la garganta. Luego, en la madrugada ya me sentía como si tuviera gripe. Su trabajo estaba hecho, el virus estaba en mi sistema.
Todo el domingo me sentí de la chingada, aún así fui al cine (LOL, ya me imagino todo el contagiadero que hice) y me hicieron enojar con su pinche sistema de asientos. Pero eso es tema de otro post. En fin, el lunes en la madrugada comenzó a salirme un extraño sarpullido. Fui al doc y confirmó mi condición.
Y para que no digan que estoy loco y que lo del ataque terrorista es un invento, aquí una prueba de que mi grupo opina lo mismo:
La oligarquía reptiliana lo había logrado: estoy fuera de combate 15 días.
Shit happens.
Llevo a penas una semana y ya estoy desesperado por salir. Me perderé la elección de mañana, el juego de México al que iba a ir y temo que tendré que cancelar la reservación en ese antro de super lujo y super buena onda que había hecho para la peda de mi cumple, papawh.
Al menos he visto mucho Breaking Bad. Y eso ruela.
Y eso es todo. La moraleja es que la gente pobre está llena de virus y debería ser quemada.
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