Ir al contenido principal

Torta de chilaquiles

Dice una amiga a quien llamaremos Rubia que para ser feliz solamente necesitas hacer lo que te gusta. Y ya.
Suena lógico y fácil.
¿Se acuerdan de un post en donde mencioné que esperaba que el 2013 fuera un gran año? Pues hasta ahora ha sido un fiasco. No tan inmundo como el 2012, eso sí.
Las Parquímetro Wars me quitaron mucho tiempo, eran necesario pelear, sí, pero no pensé qué haría cuando la batalla terminara.
Estaba cómodamente sentado en frente de mi computadora, buscando episodios de Everybody Hates Chris cuando Rubia tuiteó: "Es raro ya no tener ganas de morir es como wooow miren quién ya no quiere matarse a la verga con utensilios caseros YO". Eso me hizo reflexionar profundamente. 
Hace un mes mi panorama pintaba muy bien: un trabajo por aquí, otro por allá, un cuento de hadas de Disney. Y luego, como siempre BUUUUM, BITCH. Todo de desvaneció. 
Rubia tiene razón: Para ser feliz hay que hacer lo que te gusta, pero hasta ahora no lo he logrado. Solo faltan tres meses para que otro año se muera y no he hecho nada de lo que quería. Oooootra vez. 
Bueno, eso es todo. Solo quería desahogarme un poco. Estos tres meses debo trabajar y pelear por mis sueños o alguna frase de Los Super Campeones.
En cuanto al título del post, tengo hambre.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El penúltimo post

Entrar aquí es regresar a un lugar donde alguna vez viví, un sitio que conozco perfectamente. Abro la puerta y examino el pasado, buscando algo, cualquier cosa que le dé sentido a este regreso. Pero no encuentro más que vacío. Mentiras desparramadas como escombros, máscaras rotas que crujen bajo mis pasos, bromas que jamás tuvieron gracia. Todo está destruido. Me detengo a respirar, pero me ahogo con el aire contaminado de recuerdos. Encuentro un espejo, uno que no recordaba, y me miro, esperando encontrar al que alguna vez fui, al que habitó este lugar. Pero la oscuridad lo devora todo. No hay rostro, no hay nada. Cierro la puerta con fuerza y decido quemarlo todo. Este lugar, este momento y esta historia ya no existen.  ¿Ha pasado tanto tiempo? Sí. Y solo avanza. Nunca regresa. Hubo un día, uno que no puedo borrar, en el que tomé la decisión que me trajo exactamente aquí, a este lugar frío y vacío. Aquí no hay paredes ni horizonte, pero la falta de límites no libera; al contrario...

La metáfora del Paketaxo

Hace días tuve una interesante conversación con alguien a quien llamaremos P ingüino.   Hablábamos de La Mujer. Deben saber que el muchacho tenía tres o cuatro fans, pero por una serie de eventos, jamás les hizo caso. Lo cuestioné un poco más sobre ellas, a lo que respondió con la siguiente frase: " Voy a usar la metáfora del Paketaxo". Los Paketaxos son como las mujeres: Hay cuatro (4) tipos. Primero tenemos al Paketaxo amarillo. A ese nadie lo quiere, siempre es la última opción y prefieres no comer nada que meter la mano y encontrar un sabritón. No digo que no te lo chingarías, pero solo lo harías si estuvieras muriendo de hambre o estuvieras muy ebrio. Luego está el Paketaxo Verde. No es mucho mejor que el amarillo, pero te llama más la atención. Puedes acabártelo sin pedos y a veces, podrías buscar más. Sigue sin ser el ideal, pero como botana está bien.  Seguimos con el Paketaxo Azul. El mejor de todos. Cada cosa que tiene es deliciosa y perfecta y matarías...

El último post

Damas y caballeros, estimados lectores que me han acompañado durante más de una década: Como saben (o no) este es el último post de Porque Algo . Sí, el final. Si lograron sobrevivir a pandemias, terremotos y cualquier otra travesura del destino, los felicito; ustedes son un público tenaz, justo como esperaba. Ahora, sé lo que se están preguntando: “Maestro, ¿por qué cierra su sensual blog lleno de humor mordaz e infinitas referencias a Los Simpson?” La respuesta es simple: ya no soy El Maestro. El 2024 me arrebató todo: mi tranquilidad, mi felicidad, mi estabilidad física y emocional, mis sueños, mis deseos… y mi Nintendo. Y aunque ustedes piensen, “Pero usted siempre supera todo, ¿QUÉ ESTÁ SUCEDIENDO?” , les diré que sí, de hecho, superé algo más grande: a mí mismo. El Maestro se vio reducido a un simple aprendiz que tendrá que tomar una nueva forma. Pero, nada que unos meses de costosa terapia en casa de la chingada no pudieran remediar. No entraré en detalles. Nunca lo he hecho, ¿...