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Mostrando entradas de noviembre, 2013

El Maestro periodista

Las notas del popular sitio El Deforma me matan de risa (bueno, algunas). Me parece que burlarnos de todas las idioteces que hacen los políticos, deportistas y demás es la única forma de no enloquecer en este país de porquería. Y basándome en eso, les preparé dos notas que tienen que ver con temas que como ustedes saben (o no) me afectan. Se eleva el precio del metro para evitar suicidios. Ante la polémica por el aumento al costo del metro, de 3 pesos a 5 pesos, el jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, declaró que con esta iniciativa no solo se busca tener más recursos para mejorar el servicio, sino detener uno de los problemas más frecuentes: el suicidio. " Creemos que una persona lo pensaría dos veces antes de entrar al metro a suicidarse, pues el costo elevado le impediría tener acceso a este. Así lograríamos que estas personas opten por suicidios comunes, como ahorcarse con una cortina" comentó Mancera en co...

Pensamientos de mercado

El otro día acompañé a mi señora madre al mercado. Diría que prefiero ir a alguna tienda de autoservicio, pero en ambos lugares hay gente, así que es igual de horrible. Había mucho bullicio en el puestesillo al que nos dirigimos.  La mayoría de la gente llevaba mandarinas (¿es época de mandarinas o qué demonios? Nunca sé cuándo es época de nada) así que durante al menos 10 minutos, observé a todas esas personas. La mayoría escogía las mandarinas al azar, sin inspeccionarlas para ver si estaban pequeñas, o si tenían alguna cosa rara, o si estaban podridas. Solo las tomaban y ya. Algunos analizaban a conciencia cada una, si tenía una hoja en el tallo se la quitaban, solo para volver a inspeccionarla y al final, dejarla. Escogían las más grandes y las más naranjas porque, supongo, esas son las más dulces. Otros dejaban que el vendedor las escogiera por ellos. Y entonces pensé que elegir mandarinas es igual a elegir una chica o chico. Alguien que será tu pareja. Debe...

De ofrendas

Como saben (o no) odio las ofrendas (wow, otra cosa que odias, no mames, ya ni es gracioso). Las considero extraños rituales que atraen fuerzas tenebrosas que no comprendemos. Y la fruta siempre se echa a perder y apesta. Pero bueno, para muchos es una linda tradición. Antier fui con mi buen amigo Chef  a C.U. a ver todas las que había. Fue un RemediosVaropalooza. Pero todas esas ofrendas me recordaron una experiencia que viví en quinto de primaria con un amigo al que llamaremos Bien Frito. ¿Verdad que es muy divertido y bonito poner ofrendas? ¡Pues no es cierto! Nuestro grupo era encargado de poner la ofrenda para el patio principal. Tarea no tan complicada, pensarán ustedes. Error. Tomen, una foto (de hace mil años porque fue la única que encontré) para que vean el tamaño de la escuela y se den una idea de la mega ofrenda que debíamos hacer:  Como en cualquier actividad escolar, yo no quería participar. Sobre todo porque el miserable profesor me había decomisado...